Ante la falta de planes para este fin de semana y después de un par de cervezas por la villa moscona en la tarde-noche del viernes, decidimos en una media hora realizar alguna ruta cercana y desconocida para, en principio, amenizar la mañana sabatina. Decidimos arrimarnos a Belmonte de Miranda, zona en plena expansión turística y pegada a Grao, para realizar en principio la ruta la Castañal hasta Dolia.
RUTA: Belmonte - Ondes - San Martín de Ondes - La Corredoria - Dolia - Pico Castiechu - Pico Cervera - Tiblós - Tabláu - Belmonte
LONGITUD: 17,64 kms.
DIFICULTAD: Fácil (en algunos puntos no hay sendero marcado, pero se orienta uno bien)
ASISTENTES: Maro nin, Sam y Diego Nieto
Cómo hoy pensábamos en hacer una cosa rápida para ocupar la mañana y Belmonte nos queda a tiro de piedra, retrásamos la salida hasta las 9 (aunque hubo que dar la vuelta a por alguno...). Ya en Belmonte, desayuno rápido en la gran Fonda Cela estupendamente regentada por Roberto y familia y charleta con los conocidos de la zona antes de comenzar la marcha. Se inicia la ruta, una vez pasado el puente, a la derecha, ruta señalizada como La Castañal (PR.AS-144) y que discurre por el margen izquierdo del río Pigüeña por zona llana en principio.
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Camino de Ondes |
Tras unos 20 minutos, llegamos al nuevo y remozado cercado, aún por estrenar, destinado a mantener, al estilo senda del Oso, a lobos en cautividad a modo de reclamo turístico. No tengo nada en contra de que una zona explote sus recursos, pero personalmente, no me parece esta la mejor manera. Creo que tiene más encanto, misterio y leyenda que una tierra de lobos, los venere y admire sin encerrarlos, dedicandoles un museo y un centro de interpretación como el que ya esta construido, por ejemplo.
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Cárcel de lobos |
En este punto, y tras superar la fonte L'Osu y la fonte Santa Icía en las inmediaciones del regueiru Cuovasil, el camino se empieza a tornar píndio y algunos empiezan a notar la falta de entrenamiento y el bochorno reinante pese a llevar orbayando y lloviendo desde la salida. El camino es precioso y discurre por un bosquedal de castaños, salgueras, avellanos, laureles y un importante encinar, con zarzaparrillas asociadas a este bosque.
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Sam, sufriendo y disfrutando a la vez... |
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Maro, enseñando la "maría" a Sam |
En continua pendiente, el camino nos va aproximando hacia el pequeño pueblo de Ondes y siguiendo siempre el curso del arroyo Algairona, dejando en el camino sitios singulares como la fonte Sifontes. El camino esta muy tomado por la maleza e incluso las fuentes son poco accesibles.
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Sifontes y señalización |
Llegamos a Ondes, pequeño núcleo de tan sólo 10 habitantes de los cuales en menos de 10 minutos, nos encontramos a 6, que amablemente y en cordial conversación nos indican que para subir hacia San Martín hay que pisar asfalto sí o sí, si bien por el viejo camino, se pisa menos y es más de "senderismo", según sus propias palabras. Cierto es que el trozo de asfalto es menos de un kilómetro, realizado bajo la lluvia más intensa de la jornada.
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Llegando a San Martín... |
Desde San Martín proseguimos por carretera en dirección a Dolia y apenas 100 metros más adelante nos topamos con una señal que indica hacia el Pico Cervera por La Corredoria y Dolia. El camino es ancho y empedrado, y nos va elevando poco a poco hacia La Corredoria y el Camín Real de la Mesa, una zona que me encanta desde siempre por su historia y que tengo bastante "pateada". Antes de llegar a la venta, nos encaramamos en un picacho, desde dónde damos vistas al valle del Pigüeña, sierras de Manteca y Begega y los picos Cervera y Castiechu, que aún no sabíamos que ascenderíamos.
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Loma con vistas |
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No sabian que iban a subir los dos de atrás... |
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La Corredoria, el asfalto no gusta |
La Corredoria, atravesada por el Camín Real de la Mesa, tiene en sus
inmediaciones varios túmulos y una hermosa venta con capilla. Esta vía
fue paso de centurias romanas, de huestes árabes, de peregrinos
jacobeos, de arrieros, pastores, etc., de las más importantes vías de
comunicación con la Meseta desde época neolítica hasta mediados del
siglo XIX. La ruta continúa por detrás de la venta, siguiendo el Camín Real hasta Dolia (840 m). En Dolia, un par de garimbas en la buena compañía de Clara y Kike Ronderos en Dolia Rural, que nos aclaran la bajada por Tabláu y sus distintas opciones así como la presencia de úrsidos por la zona. Una realidad que Kike nos muestra en su móvil en las laderas del Cervera.
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Venta La Corredoria y dedón |
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Dejando Dolia |
Desde lo alto del pueblo y siguiendo la señal que nos indica hacia el pueblo abandonado de Cuovasil (ahora braña), se enlaza con una pista que en poco más de 40 minutos nos dejaría de vuelta en Belmonte. Pero como gustamos de complicar algo más y debido a la calentura de las cervezucas, decidimos subir al pico Castiechu y luego, una vez allí, redecidimos subir al Cervera también. La cima del Castiechu se consigue por una cresta un tanto expuesta y el aire reinante nos hizó pararnos poco, la del Cervera mucho más asequible, pero con el mismo aire o incluso más.
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Castiechu y pista que baja por Cuovasil |
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Cervera, con dos montañeros encima |
Desde la cima del Castiechu, por decir que se gana altura sobre el terreno e impresionan sus cortados de la cara norte, se desciende fácil al colladín entre este pico y el Cervera, desde dónde siguiendo un sendero bien marcado, alcanzamos la cima en unos pocos minutos. Aire para regalara y vistas tremendas sobre Belmonte y la sierra de Begega, merecio la pena el desvío y el pequeño esfuerzo.
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Parez que sopla... |
El aire nos hace descender rápido, y como la gente parecía que tenía cuerda pa rato, obviamos la bajada fácil por la pista a Cuovasil para enlazar con la que nos llevaría a Tabláu, para bajar por la zona de las Vallinas de Caleiro en búsqueda del abandonado pueblo de Tiblós, sin accesos asfaltados y a apenas unos kilómetros de Belmonte. El camino se pierde aquí a veces y esta poco transitado, por lo que en poco tiempo es posible que se cierre, ya que la maleza estaba altísima y el monte no pregunta a la hora de avanzar. Bellísimas zonas las que atravesamos, usadas tan sólo por algún ganadero y sus animales.
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Descenso delicado |
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¿Por dónde nos metemos? |
Enlazando con diversos caminos y senderos, vamos perdiendo altura y descendiendo por las vallinas, hasta salir a una ancha pista que viniendo desde Meruxa y Repenerencia enlazaba con las apenas cinco casas del núcleo de Tiblós. Una vez ganado este camino, hay que descender y superar un cierre y una curva a la derecha. No ascender y hacer unos metros extras como nos pasó a nosotros.
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De ese senderuco de la derecha salimos... |
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Antes de atravesar el pueblo abandonado de Tiblós, nos recorre la espalda un escalofrío por la quietud reinante y esa rara sensación que dan siempre las casas vacías, con indicios de haber sido habitadas no ha mucho (nombres en los buzones, tendales en las antojanas...). Lamentablemente, esto cada vez es menos noticia en Asturias. Son apenas cinco casas, pero su situación, colgadas en la ladera y su aspecto, sobrecogen al más "pintao".
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Tiblós, siendo conquistado por la flora... |
Desde Tiblós y siguiendo el camino que sale a la derecha de la última casa, bajaremos por una empedrada caleya hasta el núcleo de Tabláu en poco tiempo y desde allí, sólo nos restan unos 800 metros por la carretera hasta volver a Belmonte por el barrio de Los Caleyos y la calle Alta. En resumen, muy recomendable para todos los sentidos y al lado de casa esta asequible ruta.